4.1.11

Inquietud

El recuerdo de aquella noche, la noche en que morí; no se ha alejado de mis pensamientos. El placer que me embargó después de dar mi último respiro fue... placentero. (¡Bueno! No creo que el hombre haya creada una palabra adecuada para definirlo) Lo disfruté como si no existiera el mañana.

No vería a paramore en vivo el 4 de marzo. Ese era mi mayor dilema aunque no lo crean. Pero fuera de aquello todo era perfecto. Todo. No tenía ya nada de que preocuparme.



Si realmente así es la muerte…
…la espero con ansias.